De la granja a la mesa: el cultivo de lobina rayada por el StriperHub


El Departamento de Acuicultura organizó seminario con investigadores de NCSU



Vinculación

Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU, en inglés) visitaron el CICESE para impartir un seminario en el que expusieron el trabajo del StriperHub, un consorcio dedicado a promover el cultivo y la industria de lobina rayada en Estados Unidos con acciones que abarcan desde la producción en granjas hasta su arribo a las mesas de los comensales.

Benjamin Reading, profesor e investigador de la NCSU, explicó que el StriperHub es un consorcio nacional que promueve la acuicultura de la lobina rayada (Morone saxatilis) pero también de la lobina rayada híbrida, que resulta de la mezcla de la lobina rayada con la lobina blanca (Morone crysops).

“La industria de la acuicultura de lobina rayada híbrida comenzó en el este de Carolina del Norte en 1986”, refirió el también coordinador del StriperHub, y añadió que la NCSU fue pionera en el cultivo de esta especie.

Con dichos antecedentes, en 2020 se gestó el StriperHub con financiamiento del Departamento de Comercio de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), con el propósito de promover y expandir esta industria.

Posteriormente lograron obtener otras dos inversiones con las que continuaron sus actividades e involucraron no solo a investigadores sino a acuicultores, agencias de subvenciones marítimas e investigadores de dependencias gubernamentales.

“Entonces es una alianza entre gobierno, academia y sector privado y todos estamos integrados, tenemos roles compartidos y colaboramos para hacer que la industria crezca”, comentó Benjamin Reading.

Las acciones que abarca el StriperHub van desde la fase larval de los organismos, la producción de juveniles, su desarrollo y crecimiento hasta talla comercial hasta la cosecha, el procesamiento, marketing y venta.

También estudian y consideran aspectos relacionados con política pública y los permisos que se requieren para su cultivo y comercialización en cada región de Estados Unidos.

El investigador mencionó que en Carolina del Norte cuentan con instalaciones para producir a escala semicomercial y tienen una ubicación estratégica que les permite acceder tanto a agua dulce como a agua del mar.

Y el trabajo del consorcio no acaba ahí. También consideran la cadena de distribución después de la cosecha: “estos peces se producen en Carolina del Norte pero pueden terminar en Chicago o Los Ángeles, por eso es que la cadena de distribución cambia”.

Como parte de sus estrategias para impulsar a la industria, también crean modelos de negocios para que los inversionistas conozcan los costos de emprender una granja de lobina rayada, cuánto cuesta operarla y el retorno de inversión que se puede esperar.

Además, el consorcio despliega acciones para que cocineros y comensales conozcan la lobina rayada, la prueben y sepan cómo prepararla: “hemos hecho docenas de recetas que proveemos a los consumidores y a los mercados de mariscos para que cuando alguien vaya a comprar sepan cómo prepararlo”.

Estrategias nutricionales

En el seminario, organizado por el Departamento de Acuicultura del CICESE y realizado el 16 de enero en el auditorio Pedro Ripa, también expuso Russel Borski, experto en endocrinología comparativa y fisiología del estrés ambiental, así como en genómica funcional y mecanismos celulares y endocrinos de peces como tilapia, lenguado y lobina rayada.

El investigador de la NCSU y también integrante del StriperHub presentó los últimos estudios realizados para mejorar la producción de lobina rayada y reducir sus costos a partir de estrategias de alimentación que sean cada vez más eficientes.

Señaló que la alimentación de la lobina rayada híbrida absorbe del 40 al 60 por ciento del total de costos de su cultivo y los costos de los alimentos, lejos de abaratarse, solamente se encarecen, lo que hace necesario proponer nuevos protocolos de alimentación.

Borski mostró los experimentos realizados cambiando la frecuencia con la que se alimentan los peces y los resultados obtenidos para alcanzar su talla comercial, que va de 1.8 a dos kilogramos.

Al término de sus exposiciones, los investigadores fueron cuestionados acerca de los principales obstáculos que han encontrado en el proceso de impulso a la industria, a lo que respondieron que “el principal obstáculo no es biológico sino económico, se necesitan más productores”.

“Podemos hacer toda la investigación del mundo, pero si no puedes generar ganancias nadie lo tomará y no se va a crear una industria, así que estamos investigando en esos aspectos también”, concluyó Benjamin Reading.

Palabras clave: lobina rayada, acuicultura, Carolina del Norte, industria

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