Homenaje póstumo al Dr. David Salazar Miranda (1958–2023)


Científico y poeta peninsular



Semblanzas

La Casa del Académico, en la parte alta del campus CICESE, fue el espacio donde compañeros del Departamento de Óptica (mayoritariamente) y de otras áreas del Centro e instituciones (UABC, UNAM), familia –su esposa Dolores Tello Lagarde y su hijo Daniel–, amigos, colegas, exalumnos y exprofesores de David Salazar Miranda se reunieron en el Homenaje póstumo al científico y poeta peninsular, el 20 de abril.

Javier Camacho González, técnico de Óptica, moderador del encuentro y sobre todo amigo, invitó a los presentes a recordar y valorar lo que David Salazar realizó “como persona, científico, loco y poeta. Amante de Sabina, Serrat, los Beatles, pero también de la música clásica y otros músicos”.

Hablar de David, dijo Javier Camacho, es hablar de un buen amigo "El Negro, de cariño". Y quienes en el homenaje hicieron oír su voz, rememoraron al ensenadense sincero, amable, solidario, empático, bohemio…, en sus múltiples facetas como hijo, esposo, padre, compañero, amigo, que quiso y supo combinar dos artes que lo apasionaban: la ciencia y la literatura, particularmente la poesía, a la cual dedicó muchas de sus últimas horas.

Su ejercicio escritural dejó cientos de poemas que, se dijo en el homenaje, serán seleccionados y publicados próximamente. También en éste, las escritoras Silvia González Tejeda y Elizabeth Cazessús González magistralmente leyeron poemas de David Salazar, y se informó que él ganó el primer lugar en poesía en el concurso Juegos Florales 2023, del Carnaval de Ensenada “Historia y Alegría”. Por motivos de salud, David no asistió a la ceremonia de premiación de los Juegos Florales, donde se le reconoció como científico y poeta peninsular. Su amigo César Morales acudió en su representación. (Nota periodística del 2 de abril de 2023)

Al calce de esta nota, leamos, escuchemos, recordemos, rememoremos al compañero David Salazar Miranda (QEPD), en “Mi descripción”.

Breve recuento

David Salazar nació el 16 agosto de 1958, en Ensenada, Baja California, donde falleció el 8 de abril de 2023. Porteño de corazón, fue un niño observador y curioso, cazador de historias que recuperó en su libro de cuentos El Matadiablos, “un personaje singular” con cuya construcción, se lee en el “Mensaje del autor” de dicho libro: “Busco […] compartir pequeñas historias que se formaron dentro de mi cabeza en mi niñez y describir entre líneas la Ensenada en donde nací y llevo en mi corazón. Para cumplir mi cometido, recurro a verdades incompletas, pequeñas mentiras […] verdades […] no importa, sólo demuestra que todos, de formas diferentes, podemos soñar”.

 

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En el homenaje póstumo que reunió a aproximadamente a 50 personas, la maestra Teresa Esquivel, esposa de un exprofesor de David Salazar en sus tiempos del Cecyte (Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Baja California) lo recordó como un joven inquieto, travieso, curioso, amante de su terruño y quien supo labrar amistades de largo plazo.

En su camino hacia la investigación científica, David estudió Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Baja California, de 1979 a 1984; su director de tesis de licenciatura fue el Dr. Roberto Machorro Mejía, entonces investigador del CICESE, hoy académico del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM.

En 1984 ingresó a la maestría en óptica en el CICESE; un año después, 1985, el Centro lo contrató como técnico académico. Estudiando y trabajando paralelamente, en 1988 obtuvo el grado de maestro en ciencias con la tesis “Uniformidad de depósitos de películas delgadas, evaluación mediante interferometría holográfica”, bajo la dirección académica de la Dra. Diana Tentori Santacruz.

En 1990, David Salazar logró promoverse de técnico académico a investigador adscrito al Departamento de Óptica del CICESE donde optó por seguir formándose en el grupo de óptica integrada. Según el Sistema de Control Escolar de este centro, él ingresó al doctorado en ciencias en Óptica en 1996 y egresó en 1999; se doctoró con la tesis “Guías de onda ópticas angostas fabricadas por difusión de iones de cobre en vidrio”, con la dirección del Dr. Heriberto Márquez Becerra.

En el CICESE, David Salazar Miranda trabajó del primero de junio de 1985 al 31 de diciembre de 2021. En sus más de 30 años de servicio en el área de óptica, participó en diversas investigaciones en películas delgadas, guías de onda, fibras ópticas y holografía financiadas por proyectos internos, del Conacyt y por cooperación internacional.

Además, fue profesor en el posgrado en óptica (maestría y doctorado) del CICESE impartiendo las materias de películas delgadas, interferometría, fotografía y varias prácticas de laboratorio. Su labor docente se extendió hasta las facultades de Ciencias e Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la UABC.

De acuerdo con la base de datos de productividad académica del CICESE, el Dr. David Salazar Miranda registró 63 productos: 34 arbitrados y 29 no arbitrados. A sus publicaciones en revistas internacionales arbitradas, se sumó la dirección de varias tesis de maestría y doctorado, su participación como sinodal de comités para la formación de recursos humanos a nivel de licenciatura, maestría y doctorado en el CICESE, la UNAM y la UABC.

Fue representante del Departamento de Óptica ante el Consejo Interno en los años 2006 y 2011, así como representante de la División de Física Aplicada ante el Consejo Técnico varios años, entre el 2011 y el 2017.

Además, participó activamente en el área de vinculación con la industria, impartiendo cursos en diversas empresas y maquiladoras en distintas ciudades de México y el extranjero.

David Salazar por David Salazar

Mi descripción**

Tengo un gato de color negro desde hace varios años.

Negro como la oscuridad de una luna nueva.

Mi gato, como todos los gatos, hace sólo lo que quiere,

y, por lo tanto, yo no tengo un gato negro:

queda claro que el gato me tiene a mí.

 

Vivo desde hace veinte años en la misma casa.

Una casa con techo de madera que cubre al cielo,

con paredes cubiertas con varias manos de pintura

y de donde cuelgan tranquilamente algunos cuadros

con fotos de conocidos, amigos y familiares.

 

Disfruto las notas que brotan de una guitarra,

de escuchar a un poeta o a un trovador,

sin importar si la noche se hace madrugada,

si es sábado o un día a media semana.

 

Como y bebo en buena cantidad,

mi peso indica que en demasía,

lo acepto como uno de los defectos

a corregir lo más pronto posible,

pero, aclaro, en este momento no puedo.

 

Entre otras cosas, heredé de los abuelos

la costumbre de beber café negro

cuando la tarde nos sienta a platicar.

 

Disfruto de caminar en las calles,

aunque pareciera que siempre vuelvo a donde mismo,

con la particularidad de descubrir,

de vez en cuando, nuevos atajos o veredas.

 

Cada día que pasa, confirmo de nuevo

padecer de una ligera claustrofobia,

por lo que necesito sentir

el roce de aire fresco por mis pies;

soy curioso, más que mi gato,

trato de no quedarme con la duda

pero pospongo para mañana

cualquier rutina superflua y vana;

amo la ciencia, la voz de Dios,

mi trabajo es conocerla, entenderla

y ser humilde ante toda su creación;

a veces soy algo sarcástico,

otras, simplemente tengo un humor negro

y la mano pesada,

me conozco sensible y a veces depresivo,

en mis ratos de ocio escribo versos,

en otros, plácidamente tomo vino.

 

Recuerdo de mi juventud la timidez,

mi solitario silencio, mis grandes dudas,

y en contraparte, ahora reconozco

pasarme muchas veces de imprudente

y de no mostrar algo de sabiduría,

que se supone, por mi edad, ya debería tener.

¡Salud por el científico y el poeta peninsular! ¡Hasta siempre, estimado David!

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*Parte de la información aquí publicada fue proporcionada por Javier Camacho González, Jessica Ángel Valenzuela, Georgina Navarrete Alcalá, Heriberto Márquez Becerra, María del Carmen Ochoa y Olga Badillo, del Departamento de Óptica del CICESE. ¡Gracias!

**Poema del libro Arena de mar, de David Salazar Miranda (1958–2023). Desierto mayor, editores.

Palabras clave: David Salazar, científico, poeta, películas delgadas, QEPD

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