De Caborca a Oxford, María Guadalupe Olguín Martínez, egresada del CICESE
Trabajando en isla Montserrat con sistemas geotérmicos magmáticos
Montserrat es una pequeña isla británica ubicada en el Caribe, al sureste de Puerto Rico y al noroeste de Venezuela. La isla ha sido devastada en múltiples ocasiones por fenómenos naturales, como la erupción del volcán Soufrière Hills, el 18 de julio de 1995. Desde esa fecha, el volcán continúa arrojando lava y ceniza esporádicamente. Antes de esa erupción, la población ascendía a 13,200 habitantes; actualmente, Montserrat está habitada por alrededor de 6000 personas*. Además de paisajes paradisiacos, Montserrat tiene ese sistema volcánico activo que alimenta un sistema geotérmico clave para el proyecto Rethinking Natural Resources (ReSET) del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford, donde María Guadalupe Olguín Martínez, egresada de la maestría y el doctorado en Ciencias de la Tierra del CICESE, trabaja como investigadora postdoctoral en geoquímica de fluidos volcánicos. Agradecida con el CICESE, la Universidad de Sonora y el Berkeley Lab, por darle las herramientas necesarias para lograr un contrato por dos años a partir del 1 de mayo de 2024, la doctora Olguín Martínez ahora se enfoca en diseñar estrategias para recuperar minerales críticos en sistemas geotérmicos magmáticos. Concluido el doctorado en el CICESE (2023), en cuatro años y medio y superados altibajos, se tomó unos meses para descansar. Acechada por la incertidumbre de su futuro laboral, por unas semanas dio clases de geografía en una secundaria esperando marzo de 2024 para sumarse como postdoctorante en la UNAM, sede Juriquilla, Querétaro. Pero… Lupita seguía buscando opciones en Internet. Así, un día topó con una vacante que involucraba muestrear agua y gas en un sistema geotérmico de una isla volcánica en medio del Caribe, analizar los fluidos en el laboratorio y realizar modelado de transporte reactivo. ¿Oxford? Sí, Oxford “Se me aceleró el corazón cuando leí esa descripción y que la vacante era ofertada por la Universidad de Oxford”. Aunque la descripción del trabajo era perfecta para Lupita, esa universidad parecía inalcanzable. Después de meditarlo, decidió aplicar. “Lo peor que podía suceder era que no me respondieran”. La primera sorpresa llegó con un correo de Recursos Humanos de la universidad para conocerla. “La entrevista fluyó muy bien y semanas más tarde, recibí un correo donde me avisaban que había sido seleccionada para el puesto y comenzamos el papeleo de la visa de trabajo que nos tomó cuatro meses”. Así llegó la egresada del CICESE al programa ReSET cuyas labores principales consisten en: trabajo de campo en el área de estudio, la isla de Montserrat; realizar análisis químicos para determinar la concentración de elementos traza y cationes y aniones mayores en los fluidos muestreados; realizar modelado de transporte reactivo para entender los procesos que controlan la composición de los fluidos y su variabilidad dentro del sistema volcánico Soufrière Hills. Cuando Lupita apenas tenía una semana en Oxford, su supervisor le informó de su primera salida a Montserrat por tres semanas. “Pasé mis primeras semanas preparando todo para el trabajo de campo. Una vez que regresé de la isla, me he enfocado en analizar las muestras con diferentes técnicas y equipos –ICP-MS, XRD, etc.–, interpretar los resultados y comenzar con el modelado geoquímico”. Pasada la temporada de huracanes, probablemente Lupita regrese a Montserrat para continuar el muestreo de fluidos. Viaje científico a Montserrat En la isla de Montserrat, actualmente la electricidad se produce por generadores alimentados con diésel; por ello, se trabaja hacia la transición a energía renovable, como la geotérmica, y la recuperación de minerales críticos a través de los fluidos geotérmicos. “Es una oportunidad única para reducir la tarifa eléctrica y mejorar la economía a través de la creación de nuevas industrias”, considera María Guadalupe. Entre los principales objetivos de la última campaña de campo en Montserrat, y la primera de Lupita, destacaron: colectar recortes de pozos geotérmicos, para posteriormente realizarles análisis químicos y difracción de rayos X, así como recolectar muestras de agua de los pozos geotérmicos y manantiales calientes. Ambas actividades estaban bajo la responsabilidad de Lupita, pero el trabajo se complementó con un equipo de expertos en geofísica, encargado de instalar sismómetros en diferentes áreas de la isla, para aumentar la cobertura de monitoreo sísmico, e identificar dónde y a qué profundidad se producen eventos alrededor o debajo del volcán. Para muestrear uno de los manantiales termales más populares en la isla (Hot Water Pond), explica la egresada del CICESE, se excavaron 50 centímetros aproximadamente hasta alcanzar el agua termal, ya que este manantial quedó sepultado después de varias erupciones de finales de los noventa. No todo salió perfecto, hubo problemas para que uno de los pozos geotérmicos fluyera, agrega Lupita. Después de varios días intentando obtener muestras de agua, se descompuso el compresor de aire, que es necesario para presurizar el pozo, y en la isla fue imposible conseguir la pieza de repuesto. “Sin embargo, el director del Observatorio del Volcán de Montserrat (MVO) me proporcionó algunas muestras de agua de los pozos geotérmicos del año pasado, para analizarlas en el laboratorio”. Después de tres semanas de mucha humedad y sol en la isla, Lupita regresó a Oxford con más de 100 muestras de recortes de pozos, muestras de lodo y material precipitado, así como muestras de agua de manantiales calientes y pozos. El trabajo de campo en Montserrat “fue una de las mejores experiencias de mi vida”, dice Lupita y abunda en detalles. “Todo comenzó desde el aeropuerto porque no hay vuelos directos a la isla. Para llegar desde Inglaterra debes tomar un vuelo de Londres a la isla caribeña Antigua; desde ahí se realiza un vuelo de 20 minutos en un pequeño avión para siete pasajeros y el piloto. Los paisajes son increíbles y una vez que llegas a Montserrat todo es verde, hay árboles frutales por doquier –mangos, plátanos, cocos– y vistas espectaculares al mar y al volcán. Para alguien que nació, creció y estudió en el desierto, observar tanta vegetación (¡hay plantas gigantes!) y agua en un sitio siempre resulta sorprendente”. Por si fuera poco, María Guadalupe tuvo la oportunidad de visitar la zona de exclusión de la isla, que es el área directamente afectada por las erupciones volcánicas de años pasados y pudo ver las casas, oficinas y negocios enterrados por la ceniza del volcán. “La gente de Montserrat es muy simpática, amigable y tienen un ritmo de vida muy diferente al que estamos acostumbrados. El personal del MVO fue muy amable y colaborativo. ¡Incluso me dieron la oportunidad de subirme al helicóptero dos veces! ¿Saben lo emocionante que es volar sobre un volcán activo? Se podían ver las fumarolas y el domo de lava muy claramente. Definitivamente nunca olvidaré ese viaje.” Una retrospectiva: de Caborca a Oxford Huyendo del calor de su natal Caborca, Sonora, Lupita llegó en el 2016 a Ensenada, Baja California, a cursar la maestría en Ciencias de la Tierra del CICESE. Su plan de dos años académicos se extendió a casi ocho: en el 2018, concluyó la maestría con la tesis “Determinación del gradiente térmico profundo en una capa de frontera afectada por variaciones climáticas” bajo la codirección de Loic Marie Jean Claude Jose Ghislain Peiffer y Raquel Negrete Aranda; en 2023 egresó del doctorado en Ciencias de la Tierra, tras defender la tesis “Geotermometría de solutos en sistemas geotérmicos de baja-mediana temperatura y costeros” con la dirección de Loic Peiffer. La experiencia en el CICESE fue muy buena en diferentes aspectos, recuerda Lupita: “Conocí a algunos de mis mejores amigos y amigas que me acompañan a la distancia hasta el día de hoy, jugué voleibol con el equipo del CICESE durante todo mi tiempo en Ensenada, participé en congresos nacionales e internacionales, realicé una estancia académica en el Lawrence Berkeley National Laboratory con el Dr. Patrick Dobson en el 2017 como parte de la maestría, conocí algunos campos geotérmicos en EUA, conviví y salí al campo con excelentes investigadores. Durante el doctorado, desarrollé un proyecto enfocado en geotermometría de solutos en sistemas geotérmicos de baja-mediana temperatura y costeros”. Vocación temprana Lupita nació en 1993. En esa década y los principios de los 2000, la región estaba tranquila y por ello tuvo la oportunidad de salir a acampar en los alrededores de Caborca. Nunca imaginó que esas excursiones marcarían su gusto por la geología. Creció en un entorno muy familiar –mamá, papá, hermanos. En casa siempre tuvo acceso a libros, enciclopedias y una computadora con acceso a la red cuando llegó Internet. Sus padres la apoyaron en todas sus facetas: aprendiz de piano, declamación y oratoria; bajista de bandas de rock, y participante en concursos de química, entre otros. Lo anterior favoreció en Lupita y sus hermanos buen desempeño escolar y libertad para seguir sus gustos. Su hermano mayor es doctor en lingüística; su hermana menor, licenciada en intervención educativa; su hermano menor, ingeniero electrónico. Nuestra entrevistada jamás coleccionó rocas ni memorizó nombres de dinosaurios, pero en la secundaria descubrió su gusto por la química, la física y las matemáticas. En la preparatoria, su profesora de química, Beatriz Badillo, abonó al aprendizaje de esas áreas. “Comencé el servicio social con ella dando asesorías de química y luego me invitó a cursar la materia de Fisicoquímica con estudiantes mayores que yo”. Eso fue clave para que Lupita asistiera a un viaje estudiantil a la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, un gran sistema volcánico, ubicado a dos horas de Caborca. “A estas alturas ya tenía una idea de qué era la geología y qué estudiaba. Platiqué con gente del Pinacate sobre la posibilidad de estudiar geología. Aún recuerdo sus palabras: este sitio es como Disneylandia para los geólogos". En 2011, Lupita ingresó a la licenciatura en Geología en la Universidad de Sonora, campus Hermosillo, donde pasó cuatro años entre teorías y prácticas de campo en pueblos sonorenses: Arivechi, Yécora, Cumpas, Nacozari, Santa Ana, Mazatán y Estación Llano, entre otros. En 2013, realizó un Verano de la Investigación Científica en un laboratorio de química analítica en el Instituto de Geofísica de la UNAM. Como sentía curiosidad por diferentes ramas de la geología, en el 2015, pasó seis meses con dos amigos en la Universidad de Guanajuato aprendiendo sobre geología de minas y yacimientos minerales. Al mismo tiempo, cursó materias relacionadas con agua subterránea y temas ambientales. Al finalizar la licenciatura, en diciembre de 2015, con gusto declarado por diversas áreas de la geología llegó al CICESE y descubrió el mundo de la geotermia y la geoquímica de fluidos. El doctor Loic Peiffer fue uno de los profesores que más la motivaron e inspiraron para profundizar en las áreas que hoy la tienen en la Universidad de Oxford. -- *Wikipedia |