La fragata: el ave marina que vuela del Pacífico al Golfo
Estudian su distribución, ecología y comportamiento
¿Imaginas vivir y alimentarte del mar sin tocarlo siquiera? Sería complicado ¿no? Existe una especie tan peculiar que es un ave marina que depende del mar sin tocarlo. Estamos hablando de la fragata (Fregata magnificens). Sus patas cortas y plumaje no repelente al agua son las características que le impiden tocar el mar; si llegara a hacerlo sus plumas se volverían tan pesadas que ya no podría volar. Su alimentación depende de otras especies, es decir, persigue a otras aves marinas hasta robarles su comida o atrapa peces que brincan en la superficie huyendo de otros depredadores.
Sus largas alas y cuerpo pequeño le permiten aprovechar los vientos y recorrer distancias enormes. La fragata es de las pocas aves que tiene la capacidad de dormir en vuelo; esto lo comprobó el Dr. Niels Rattenborg, del Instituto Max Planck de Ornitología en Alemania, con fragatas (fragata minor) en las Islas Galápagos. El grupo de aeroecología marina del CICESE Unidad La Paz (ULP) se encuentra desarrollando una investigación en conjunto con el Dr. Rattenborg para estudiar la distribución, ecología y comportamiento de la fragata en Baja California Sur (BCS).
Uno de los hallazgos de la investigación es que han observado que la fragata es una especie que tiene muchos puntos de sensibilidad; desde cómo anida, la depredación y sus características marinas. Las zonas de anidación en BCS se encuentran en las islas Espíritu Santo (Golfo de California) y Santa Margarita (Pacífico). En la isla Santa Margarita la colonia ha disminuido hasta desaparecer; investigadores del CICESE ULP se encuentran analizando las causas. “La fragata tiene una distribución muy amplia, y se encuentra presente en el Pacífico y en el Atlántico. Lo que hemos visto en la población de BCS es que está muy restringida por los puntos de anidación. La especie no se extinguirá, pero es importante mantener el buen estado de salud de las colonias en BCS. De no ser así, vendrían acá sólo para alimentarse, pero su centro de actividad se desplazaría porque aquí ya no podría anidar”, según comentaron los doctores Cecilia Soldatini y Yuri Albores, investigadores del grupo de aeroecología marina del CICESE ULP.
La población de la especie en BCS es de alrededor de 3 mil individuos que dependen de una pequeña colonia de aproximadamente 200 metros de largo. Las fragatas utilizan este pequeño espacio porque es un manglar libre de depredadores terrestres. A pesar de que esta especie anida en manglares, la fragata no sabe romper las ramas con su pico. Esta condición la hace depender de otras especies o de las ramas que encuentre en el agua, o que roba a otros nidos abandonados o descuidados, para construir su propio nido.
Algo que ha llamado la atención en el estudio (donde colaboran con el Dr. Rattenborg) son las diferencias que han encontrado en el comportamiento de las fragatas en otros contextos. “Lo que nos ha sorprendido en el estudio de distribución es que las fragatas de BCS atraviesan la península y vuelan sobre tierra firme. En otros estudios que se han hecho en Panamá o Perú se veía que volaban sobre tierra, pero distancias muy cortas siempre teniendo a la vista el mar. En la península cruzan hasta Bahía Magdalena en línea recta perdiéndolo de vista”, compartió el Dr. Albores.
La Dra. Soldatini indica que una de las razones por las cuales las fragatas en BCS cruzan la península y pierden de vista el mar es que emprenden viajes de forrajeo, es decir, buscan alimento. “Vemos que comen alrededor de la isla Espíritu Santo en la Bahía de La Paz. Seguramente ahí encuentran suficiente comida, pero observamos que muy seguido cruzan al Pacífico y lo primero que hacen es ir a comer, descansan un rato y a veces ni descansan y regresan. Posiblemente lo que están haciendo es aprovechar las aguas más productivas de las costas del Pacífico y después regresan a descansar a los nidos en Espíritu Santo. Las poblaciones están interconectadas, tienen recursos alimenticios mayores en el Pacífico, pero la zona de anidación está en el Golfo de California y usan toda el área hasta llegar a Loreto” agregó.
Toda esta información se ha obtenido utilizando sistemas de posicionamiento global (GPS) que miden posición, aceleración en tres ejes (x, y, z) y toman un punto cada 10 minutos. Analizando estos datos se puede deducir el comportamiento de la fragata, qué actividad están realizando o cómo se están desplazando.
Los GPS que utilizan pesan 17 gramos y se colocan con un pequeño arnés en el cuerpo del ave. Tienen un panel solar y los datos se obtienen a distancia; no se re-captura a las aves, sino que cada cierto tiempo (un mes o dos) visitan el lugar y se obtienen los datos a través de una antena. La trascendencia de este tipo de estudios recae en que estas especies son indicadores de la salud de los ecosistemas. Las aves marinas ven al mar como nosotros a la tierra; nosotros sabemos dónde buscar recursos para comer, las aves localizan las áreas reproductivas donde también hay peces. Si las aves marinas no están o no logran reproducirse significa que el sistema tiene problemas muy graves como puede ser el disturbio, la presencia de especies invasoras, la sobreexplotación de los recursos pesqueros, contaminación o cambios climáticos importantes.
“Este estudio nos hace ampliar la perspectiva acerca de la conservación de la fragata y nos da bases para proponer medidas eficaces para su conservación. Los planes por el momento son seguir analizando los datos en colaboración con el Dr. Niels Rattenborg, del Instituto Max Planck de Ornitología, para preparar proyectos que contribuyan a ampliar y mejorar la calidad de la información disponible acerca de las aves marinas en la península de Baja California. Paralelamente, en colaboración con el Dr. Luis Farfán (también investigador del CICESE ULP) estamos analizando a través de modelos tridimensionales la influencia de las condiciones meteorológicas sobre las dinámicas de vuelo de las fragatas en sus traslados sobre la península”, finalizaron Soldatini y Albores.
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