Ciencia de primera: lo que han hecho en Microbiología para merecer el «Premio B. O. Dodge»
“Lo que han hecho es ciencia de primera. Punto”. Así de contundente es el Dr. Salomón Bartnicki cuando trata de calificar el trabajo de sus colegas, las doctoras Ernestina Castro, Rosa Mouriño y Meritxell Riquelme, del Departamento de Microbiología del CICESE, luego de que juntos, los cuatro, ganaron el “Premio B.O. Dodge” por sus excepcionales contribuciones al estudio del hongo Neurospora crassa. “Yo soy el primero que se sorprende con lo que se ha hecho”, reconoció el doctor Bartnicki, quien trae como bagage una trayectoria científica de más de 60 años labrada en la Universidad de California en Riverside y aquí en el CICESE. “Ha sido un trabajo muy intenso, hecho con talento y dedicación”. Dos aspectos destacan en este contexto exitoso: Los muy buenos estudiantes que han pasado por sus laboratorios y aulas, y la infraestructura que han logrado acrecentar al cabo de casi dos décadas. Sobre esto último destacó el primer microscopio confocal que se adquirió cuando él se repatrió aquí en el año 2000. “Lo compramos porque era la última tecnología en ese momento, cuando apenas se comenzaba a utilizar la microscopía confocal junto con la biología molecular para estudiar la estructura interna de las células de los hongos”. Adicionalmente, considera que en estos logros ha contribuido la participación que mantienen desde hace casi una década en el Consorcio Alemania-México enfocado al crecimiento polarizado en células de hongos. “Este consorcio ha prosperado muy satisfactoriamente y ha permitido la movilidad de investigadores y estudiantes en ambas direcciones…” Salomón Bartnicki García Y agregó: “También ha habido muy buena colaboración con la Universidad de California y con otras instituciones cercanas. Esto involucra a investigadores en San Diego como Stuart Brody, que trabajó con Ernestina Castro; Meritxell Riquelme ha colaborado con Michael Freitag de Oregon State University e investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz y San Diego, a donde se fue de sabático. Y también tenemos colaboración en microscopía electrónica con Robert Roberson de Arizona State University”. El “Premio B.O. Dodge” es el máximo reconocimiento que otorga la comunidad académica internacional dedicada a estudiar este organismo modelo. El volumen de conocimiento que ha generado este grupo académico sobre la biología celular de Neurospora crassa incluye 52 publicaciones formales y 369 presentaciones orales o de carteles en reuniones científicas en todo el mundo. Además, esta especie ha sido una fuente fructífera de proyectos de investigación para capacitar a los 20 maestros y ocho doctores en ciencia que han graduado. Ahora bien, ¿por qué es importante Neurospora crassa como organismo modelo para hacer investigación? Salomón Bartnicki explicó que se trata de un organismo ideal para trabajar en el laboratorio. “Ideal porque su genética se conoce muy bien y se manipula fácilmente; se hacen cruces, mutaciones y se conoce toda su secuencia de DNA. Investigadores de todo el mundo también lo utilizan con éxito grandísimo”. En 1958 George Beadle y Edward Tatum ganaron el Premio Nobel por sus experimentos: haciendo genética con cruces de mutantes de Neurospora se pudo saber qué es lo que hacen los genes: esto es, que los genes codifican proteínas. ¿Cómo se almacena la información de la célula? Se almacena en DNA, y el DNA tiene la información para hacer proteínas. Miles de proteínas. Propusieron entonces un vínculo directo entre los genes y las reacciones enzimáticas conocida como la hipótesis “Un gen, una enzima”. En el caso del grupo integrado por Bartnicki, Castro, Mouriño y Riquelme, una parte importante de su trabajo implicó la generación y uso de cepas de Neurospora crassa que expresan una amplia variedad de proteínas con etiquetas fluorescentes para iluminar o elucidar aspectos clave del crecimiento apical, polarización de la síntesis de la pared celular, estructura del Spitzenkörper, vía secretora, organización y papel de los citoesqueletos microtubulares y de actina, migración nuclear, septación, endocitosis, exocitosis y ritmo circadiano, entre otros aspectos. A nivel personal, la doctora Ernestina Castro expresó: “Recibir este premio es algo muy significativo para mí ya que es un honor y una gran satisfacción que nuestros pares académicos internacionales reconozcan el nivel y calidad de la investigación que hemos realizado a lo largo de estos años en el Departamento de Microbiología del CICESE. Sobre todo si consideramos lo competitivo de la investigación que se realiza en el campo de la biología celular y molecular de los hongos, lo cual ha sido uno de los retos más grandes en mi vida. Ernestina Castro Longoria “Por otro lado, no puedo dejar de reconocer que este premio está asociado al apoyo académico que me brindaron en el inicio de esta aventura los doctores Salomón Bartnicki y Stuart Brody, quienes son investigadores líderes de reconocido prestigio internacional”. Para la doctora Meritxell Riquelme este premio significa “una enorme satisfacción y alegría por el reconocimiento a nivel internacional del trabajo que estamos haciendo en investigación básica con Neurospora crassa. Es también una inyección de energía para seguir formando estudiantes y seguir publicando artículos y capítulos de libro que dejen huella, así como una oportunidad para seguir dando a conocer a nivel nacional e internacional lo que hacemos en nuestra respetada institución”. Destacó además que este premio tiene un especial significado porque coincide con el aniversario número 15 de la creación el Departamento de Microbiología en el CICESE. Rosa Mouriño Pérez y Meritxell Riquelme Pérez Por su parte, la doctora Rosa Mouriño considera que este premio “representa un logro personal y como grupo. En términos personales es un honor ser reconocida en un área que originalmente no era la mía; esto significa que los esfuerzos realizados en un campo que apenas hace algunos años desconocía, dan frutos. A nivel de grupo representa la armonía, el apoyo y la complementariedad que ha existido entre mis compañeras y compañeros del departamento. Afortunadamente, la comunidad de Neurospora está valorando las contribuciones que hemos hecho, que no son pocas, y que han sido gracias a todos los colaboradores, estudiantes de licenciatura y posgrado, posdoctorales y técnicos que han sido parte de nuestro equipo de trabajo. Principalmente el Dr. Salomón Bartnicki ha sido una pieza importante, que por igual nos ha apoyado y nos apoyará”. La comunidad Neurospora a la que hace referencia Rosa Mouriño se reúne cada dos años en Asilomar, cerca de Pacific Grove, California. El “Premio B.O. Dodge” lo otorgan a aquellos individuos que han realizado contribuciones excepcionales a esta comunidad. Se instituyó en 2006, año en que lo concedieron a Gloria Turner y Dick Weiss. Se entregó también en 2008 y en 2010, pero desde entonces no lo habían asignado a ningún científico, hasta ahora, que lo otorgan a este cuerpo académico del CICESE. Será entregado el próximo 20 de octubre, durante el banquete final de la conferencia Neurospora 2018.
|