Se vive una guerra de robots en el CICESE


El primer torneo RoboWar se realizó el pasado viernes 13 de octubre



50 Aniversario

Aquí no hay clemencia por la edad, esto es una guerra.

Huele a excitación, se acarician los suspiros con las yemas de los dedos. Todos tienen el deseo de salir con la victoria, pero sólo unos pocos librarán los desafíos de la competencia; el resto caerán uno a uno.

El gimnasio del CICESE se encuentra repleto de caras jóvenes con el entrecejo fruncido. Observan las pantallas de sus computadoras, teclean letritas pequeñas en un fondo negro, es algún software de programación que operan con aparente maestría. La infancia todavía se les asoma en las facciones, pero se atrevieron a construir pequeñas máquinas que andan solas, únicamente con indicaciones hechas a base de cálculos matemáticos. ¿Serían certeras sus operaciones, o errarán en pleno duelo?

Nos encontramos en el primer torneo de minisumo y seguidor de línea RoboWar, organizado por la rama estudiantil CICESE del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés). Fueron convocados estudiantes de preparatoria, ingeniería y posgrado, para enfrentar sus conocimientos en robótica y automatización.

Pero, ¡esperen! En el ala izquierda del complejo hay varios pares de niños, no tendrán más de quince años. Son estudiantes del Colegio Grecia, llevan puesto el uniforme, el semblante de profesionales. ¿No es injusta una competencia en la que abundan los más grandes? Son el equipo Bunker Grecia con tres chicos de secundaria. El equipo se conformó hace un mes, como respuesta a la convocatoria emitida por el CICESE, pero llevan juntos cerca de un año.

El interés surgió gracias al convenio de su institución y Bunker Robotics, una escuela cuyo objetivo es introducir a los jóvenes en la robótica a través de diversas técnicas de armado.

Quizá, sólo quizá, dejen boquiabiertos a quienes creen tener la ventaja por llevar meses, incluso años, participando en torneos de robótica.

“Nuestro robot es un EV3, utilizamos dos sensores para los siguelíneas y piezas de Lego Mindstorms, una línea con la que incluso puedes armar robots que caminen, pero en esta ocasión nosotros lo programamos para que siga líneas”, explica Kevin Soto, el líder del equipo.

Dice que no creen ganar. “Ya vi unos robots que concluyen el circuito en 10 segundos, nuestro promedio es de 30 a 40”. El joven sonríe, le da un vistazo a su vehículo “pero lo importante es aprender”, expresa.

Estalla en las bocinas Yor love u, de The Outfield, el coro de la canción Eye of the Tiger, de Survivor. Si todos los enfrentamientos de vida o muerte tuvieran banda sonora, sería esta. Funciona, porque enciende los ánimos.

Los miembros del equipo de Panters Robotics están uniformados de rojo y negro, los colores de la pasión y la autoridad. Sobra la seguridad, tienen la certeza de que obtendrán algún lugar.

“Esta competencia la vemos como una práctica para Robomatrix Nacional”, asegura Tristán Arzate. El chico explica que vienen desde Mexicali, por parte de la Preparatoria 16 de Septiembre. El equipo trae cuatro robots, todos para la categoría seguidor de línea. “Mini Verstappen” (en alusión al famoso conductor de la Formula 1), “Mcqueen”, “Ivy” y “Lo que sea”, también están construidos con la línea de Lego.

“Nos sentimos orgullosos, emocionados y un poco nerviosos, pero ojalá ganemos”, dice el muchacho, y se despide porque sus compañeros lo llaman. La competencia está a pocos minutos de arrancar.

Los participantes están distribuidos por todo el gimnasio, comparten mesa con otros equipos. La superficie está saturada por cajas para herramientas marca Truper cuyo interior contiene sensores, tipos de alambre, piezas de colores, toda clase de artefactos para ajustar deprisa la mecánica del robot a competir, en caso de ocurrir un incidente. Las mini máquinas son variopintas: algunas construidas con piezas de Lego Mindstorms -un kit de robótica programable-, el resto tienen un diseño más simple, motores pequeños montados sobre una placa, cables conectados, pedazos de cinta gris o roja.

Pero lo menos importante es el aspecto. Podrán exhibir perfección, causar nervios las dimensiones o el sinfín de piezas, aparentar que habrá buenos resultados, pero si el robot se dobla en la primera curva o sale de la pista al iniciar, algo debió resultar mal durante la programación. Aquí se prueban los conocimientos, las habilidades mejor ejecutadas. Una austera plaquita reforzada con tape negro podría impresionar.

Dylan Iván Escobedo y su equipo vienen por parte del CBTIS 41, también participarán en la categoría seguidor de línea. “Nos enteramos del evento hace tres semanas, pero en lo que compramos todos los materiales, nos sobró poco tiempo para el armado”, explicó.

Detalló que el robot es el primero que realizan con programación, el primero fue de pilas, como parte de un proyecto final. En ambos casos hicieron cooperación para adquirir las piezas, se gastaron todos sus ahorros. “Es la primera vez que venimos a una competencia, andamos nerviosos pero emocionados”, comparte.

Es el momento, ya va a empezar la competencia, ¡que gane el mejor!

Primero le toca a los 15 equipos de seguidor de línea. Tras darse a conocer el orden de participación, equipos y asistentes se aglomeran. El equipo Sociedad Robótica Cetys abre la pista en medio de aplausos y parpadeos, terminaron el circuito en apenas diez segundos, sin desvíos.

Continúan los tres equipos de Panters Robotics. Finalizan con marcas por arriba de los 30 segundos, pero logran finalizar la vuelta. Lucen decepcionados, quizá por la impresión del equipo de Cetys.

Los aplausos del público alivian un poco los ánimos. Tal vez en el segundo intento se superen.

Algunos robots avanzan con facilidad y rapidez, otros son más lentos, oscilan en la pista, acaban apenas la carrera. Unos se desvían al primer segundo, no pasan de la primera curva.

Sorprenden los pequeños del Colegio Grecia. ¡Lo hacen en sólo 23 segundos! Se llevan la mano a la boca, abren grandes los ojos. Pasmados de haberlo hecho en tan poco tiempo. Incluso le llevan ventaja a equipos conformados por universitarios.

Los enfrentamientos siguen, y equipo a equipo realizan su primero y segundo intento. Gestos de lamento y alegría estallan en las caras de los capitanes. ¡Siguiente!

Ahora toca la pugna de minisumo. Los robots son más compactos porque deben aprovechar la pista circular, un espacio pequeño que comparten con su contrincante. Las mini máquinas asumen su papel, sacan al adversario tras instantes de lucha, algunos tocan el suelo con el mínimo esfuerzo. Otros se desvían solos.

Rato después el ambiente se aligera, los nervios se relajan en sonrisas porque los equipos conviven, intercambian conocimiento y se retroalimentan. Entre charlas y risas, esta guerra se nubló. Tal vez ya se percataron que ganar es lo menos importante.

Son casi las 14:00 horas, ya se sospechan los nombres de los ganadores. Pasan los minutos y las conjeturas son veredicto. ¡Los jueces ya tomaron la decisión!

En la categoría de seguidor de línea, obtuvo el 1er lugar la Sociedad Robótica Cetys, 2do lugar Spider Volta, y el 3ero Electro Fiad. En minisumo ganaron Fox Team, Cerbero y Juggernaut. Los representantes pasan al frente, reciben su premio, se suben al podio.

La guerra concluye, RoboWar fue todo un éxito.

 

Palabras clave: Robótica, torneo, RoboWar

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