No hay fórmula, sí retos en la comunicación pública de la ciencia
La comunicación pública de la ciencia es un campo profesional y de investigación emergente, en proceso de construcción y consolidación en México; un campo multi, inter y transdiciplinario que no solo es ciencia y comunicación, sino que se nutre de diversas disciplinas como la historia, la sociología, la filosofía y la literatura, entre otras, y se realiza a través de múltiples medios. Por ello, no puede ser “todólogo” quien esté interesado en comunicar ciencia a públicos no expertos en este amplio campo de conocimiento; es necesario especializarse según su actividad profesional, así como el tema, el medio y el público a quien se pretenda llegar. “Hay una gran diversidad de objetivos, medios, formas, enfoques teóricos y metodológicos”. Así lo expuso la Dra. Elaine Reynoso Haynes, directora de Formación e Investigación de la Dirección General de Divulgación Científica de la UNAM, durante su conferencia “La divulgación de la ciencia como profesión”, impartida en el auditorio institucional del CICESE, el 31 de octubre, como parte del programa del Festival del Conocimiento 2022. Durante su exposición, la egresada de la Licenciatura en Física, la Maestría en Enseñanza Superior y el Doctorado en Pedagogía de la UNAM, hizo un recuento histórico de cómo ha evolucionado el término “profesionalización” y basó su exposición en la propuesta de Brian Trench, uno de los investigadores más importantes en comunicación pública de la ciencia, para quien la profesionalización debe incluir cinco puntos. Ser una actividad reconocida y remunerada, que esté institucionalizada, que existan programas académicos de formación, que exista literatura acerca de investigaciones y la práctica profesional, que existan asociaciones y redes que agrupen a estas profesiones son las cinco características que apuntarían a la profesionalización de una actividad. En el caso de México, dijo Elaine Reynoso, la primera y segunda condición son las que menos se cumplen; la primera porque muchas de las actividades de divulgación no son remuneradas y la segunda porque mayoritariamente son las instituciones educativas quienes las realizan. Respecto a programas de formación, literatura asociada y redes y asociaciones, quien fue la primera directora del Museo Universitario de Ciencia Universum y en dos ocasiones ha ocupado la presidencia de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), dijo que en México han existido tres generaciones de divulgadores: la primera, que aprendió “picando piedra” a base de ensayo y error; la segunda que con formación en ciencias y comunicación, realizaron posgrados en campos complementarios a su formación inicial (como es su caso: física, enseñanza, pedagogía) y la tercera generación, con egresados de programas específicos en divulgación de la ciencia (el térmico más reconocido en México) o comunicación de la ciencia o comunicación pública de la ciencia. “A nivel mundial, incluido México, existe una gran oferta de diplomados, maestrías y doctorados, con características distintas en: contenido, estructura, enfoques, objetivos, duración, perfiles de los alumnos, requisitos de ingreso y egreso”, expuso Elaine Reynoso quien en este aspecto formativo participa desde su creación en el Diplomado de Divulgación de la Ciencia (hoy Diplomado en Comunicación Pública de la Ciencia) y la maestría y el doctorado en filosofía de la ciencia, con enfoque en comunicación, todos de la UNAM. Respecto a redes y asociaciones, la ganadora del Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia “Alejandra Jaidar” y del Premio Latinoamericano de Popularización de la Ciencia, enlistó la existencia de diversas agrupaciones de personas e instituciones, entre otras, en México: la Somedicyt, la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, la Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia y Tecnología, Recreación en Cadena y el Movimiento Internacional para el Recreo Científico y Técnico (originario de Canadá). No hay fórmula Frente a un auditorio mayoritario de estudiantes y académicos, Elaine Reynoso subrayó que la comunicación pública de la ciencia es una labor profesional que requiere de una formación especializada. “No hay una fórmula única para comunicar ciencia” y compartió lo que ella ha propuesto como las diversas miradas de la comunicación pública de la ciencia. “Ninguna es mejor que la otra. Las miradas no son excluyentes, más bien son complementarias. Se pueden combinar dos o más de ellas, tal vez todas, en un proyecto para comunicar la ciencia.” Al intentar una categorización de enfoques en esta actividad, Elaine Reynoso sugiere que existen cinco miradas en la comunicación pública de la ciencia: la artística, la educativa, la propagandística, la comercial y la sociopolítica. “Se caracterizan por los objetivos y metas perseguidos; los medios y estrategias empleados; la relación que se busca con los destinatarios; los marcos teóricos y metodológicos en que se sustentan; la conformación de los equipos de trabajo y los parámetros e indicadores utilizados para la evaluación del impacto.” Con una invitación a seguir impulsando la comunicación pública de la ciencia a través de un mayor número de actividades, como talleres, conferencias, espectáculos y eventos masivos; espacios, como museos, centros de ciencia y exposiciones; y productos, como libros, revistas, programas de televisión, radio, cine e internet, Elaine Reynoso concluyó su charla apuntando tres retos para la comunicación pública de la ciencia. En el contexto nacional, lograr una mayor presencia en medios y espacios, así como llegar a todos los sectores poblacionales mediante la colaboración entre instituciones con misiones e interés afines; en el contexto institucional, enfrentar la vulnerabilidad ante cambios en políticas públicas, crear programas sólidos y con metas claras, así como lograr la contratación de profesionales y que la evaluación de los divulgadores se realice por sus pares. Finalmente, el reto inherente a la propia comunidad de comunicadores de la ciencia es fortalecer y consolidar la profesión y el campo de investigación, así como cuidar la calidad de lo que hacemos. |