Ballena azul: descubriendo el paso del gigante por las costas de la península de Baja California
Desarrollan estudios para predecir la distribución de este mamífero marino
Es el animal más grande del planeta, pero para infortunio de la especie sus dimensiones no han sido garantía de protección ante la acción humana. La ballena azul (Balaenoptera musculus) es un mamífero marino que puede medir hasta 29 metros de longitud y pesar hasta 190 toneladas. Actualmente se encuentra bajo la categoría “en peligro” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) y en México está sujeta a protección especial por el gobierno federal. A principios del siglo XX, la caza comercial redujo drásticamente las poblaciones de ballena azul en todo el mundo, pero fue hasta 1965 que la Comisión Ballenera Internacional logró establecer un acuerdo para proteger a la especie y prohibir su captura. También conocida como rorcual azul, la especie tiene presencia a nivel mundial y la península de Baja California tiene la fortuna de recibir parte de la población del Pacífico nororiental, estimada entre dos mil y tres mil animales. La especie migra estacionalmente desde las costas de Oregón y California, en el verano y otoño, hacia el Golfo de California y Domo de Costa Rica, en invierno y primavera. Aunque en el Golfo de California la especie ha sido estudiada por décadas, de su distribución y hábitos en la costa occidental de la península de Baja California el conocimiento es escaso; antes se consideraba esta región como un lugar de paso migratorio para la especie, hoy se sabe que se puede encontrar durante todo el año y que usa zonas de alta producción biológica en la región. Esto cobra relevancia en un contexto de potencial aprovechamiento del océano para la generación de energías alternas, ya que la instalación y funcionamiento de este tipo de proyectos debe evitar afectar el uso que la especie da a la región. Por ello, especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) en colaboración con el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) y la Universidad Estatal de Oregón (OSU, por sus siglas en inglés) desarrollan estudios para predecir la distribución de la ballena azul frente a la península en diferentes temporadas, así como las actividades que realiza. Esta información es indispensable para contribuir a las estrategias de manejo y conservación ante posibles proyectos para extraer energía del mar, además del diseño de actividades de aprovechamiento económico sustentable, como son los recorridos ecoturísticos de observación de ballenas. Monitoreo de mamíferos marinos El Centro Mexicano de Innovación en Energía Océano (CEMIE-Océano), es un megaproyecto interinstitucional del que forma parte el CICESE y tiene como propósito investigar y desarrollar tecnologías para la extracción de energía del océano. En el marco de este proyecto, el Dr. Mario A. Pardo, investigador Cátedras Conacyt adscrito al CICESE Unidad La Paz, colabora con la Dra. Gisela Heckel, investigadora del Departamento de Biología de la Conservación del CICESE, para monitorear mamíferos marinos mediante recorridos aéreos. El trabajo de monitoreo se lleva a cabo desde 2017 y abarca toda la península de Baja California: desde Tijuana hasta Cabo San Lucas. Este esfuerzo tiene como propósito la obtención de datos que permitan conocer las zonas que habitan diversas especies de mamíferos marinos, entre ellas la ballena azul, cubriendo todas las estaciones del año. “Para el caso de los cetáceos esta zona se caracteriza porque es muy poco estudiada, sabemos muy poco tanto de la distribución de las especies como del uso que le dan a esta zona, sobre todo en el área oceánica”, apunta el Dr. Pardo en entrevista. El investigador recuerda que las costas bajacalifornianas son ecosistemas muy importantes para distintos tipos de fauna marina, incluyendo fauna protegida a nivel federal, como es el caso de al menos tres grandes especies de ballenas que usan la península como parte de su ruta migratoria: la ballena jorobada, la ballena azul y la ballena gris. Modelos predictivos para manejo y conservación En este contexto de necesidad de conocimientos que aporten a los programas de manejo de la ballena azul, se desarrolla el proyecto de investigación de Celia Barcenilla Cristóbal, estudiante de la maestría en Ecología Marina e integrante del Laboratorio de Macroecología Marina del CICESE. Como parte de su investigación, Celia produjo modelos estadísticos que se alimentan con los datos de monitoreo obtenidos por los investigadores del CICESE como parte del CEMIE-Océano, para generar información que permita predecir la distribución de la ballena azul en las costas de la península. De acuerdo con el artículo Modelos predictivos: un atajo para describir la distribución de la diversidad biológica, los modelos predictivos consisten en "aplicar diversas herramientas estadísticas, informáticas y geográficas sobre la información biológica disponible para elaborar predicciones razonables que permitan estimar la distribución de la diversidad biológica en ausencia de datos exhaustivos". Durante el seminario Distribución espaciotemporal del rorcual azul (Balaenoptera musculus) en función del hábitat frente a la costa occidental de la península de Baja California, Celia expuso que los individuos de ballena azul se observaron tanto en zonas costeras como oceánicas. “En primavera se obtuvo el mayor número de avistamientos, distribuidos a lo largo de toda la costa peninsular; en invierno y verano los avistamientos muestran animales en la zona sur principalmente, aunque también se aprecian en la parte norte, mientras que en otoño no hay observaciones en la parte norte de la península, predominan la parte sur y algunas zonas de la parte media”, apuntó. A partir de estos datos y la realización de múltiples modelos, Celia elaboró mapas para presentar gráficamente cómo se distribuye la especie en cada estación del año y a lo largo de toda la península, un resultado al que llega gracias a la efectividad de los modelos. Los modelos, explicó, evidencian una preferencia de la especie por la zona oceánica o suroeste de la península de Baja California durante verano, otoño e invierno, que se caracteriza por su alta productividad y facilita la disponibilidad de presas. En contraste, la predicción de los modelos muestra que durante la primavera la especie usa la costa peninsular, ya que cuenta con zonas altamente productivas. Próxima a finalizar sus estudios de maestría, Celia Barcenilla expuso que, entre las conclusiones obtenidas en la investigación, se encuentra que la variación de la temperatura superficial del mar en cada estación es un buen indicador para predecir en dónde habita el rorcual azul. Además, concluye que las predicciones de los modelos pueden ser usadas para proponer hábitats prioritarios para la especie, mismos que deberán ser objeto de medidas de manejo para su conservación. Por la cercanía a la costa en la que se ubica la ballena azul durante el periodo de abril a junio, la estudiante de maestría observa potencial para establecer un periodo de avistamiento recreativo regulado frente a la costa de Ensenada y Bahía Magdalena. Desarrollo económico y conservación La ballena azul al igual que otros mamíferos marinos que habitan en las costas de Baja California, demandan conocerlos más para aportar a las estrategias de conservación y manejo, sobre todo tomando en cuenta las actividades económicas actuales y futuras. “Parte de este proyecto es tratar de entender la importancia de la región para estas especies protegidas, porque es una región con potencial de desarrollo y queremos saber cómo equilibrar el desarrollo con la protección de estas especies”, puntualizó Mario A. Pardo. Agregó que Bahía Magdalena es una zona que podría convertirse en destino de recorridos de avistamiento de ballenas azules, un aprovechamiento sustentable de la especie que ya se lleva a cabo en Loreto, Baja California Sur. “Bahía Magdalena podría ser una alternativa, la gente que va a ver ballena gris podría ir a ver ballena azul, la época es la misma; las ballenas grises el pico es a mediados de febrero y el potencial de agregación de ballena azul en esta zona es más o menos en abril”, detalló. Lo más relevante es que el modelo predictivo desarrollado por Celia Barcenilla con la asesoría del Dr. Pardo, cuenta con el potencial de mostrar las zonas prioritarias para la especie, de lo que se pueden derivar tanto nuevas actividades de aprovechamiento como estrategias para su conservación. |