Langostilla: ¿Por qué las arribazones?




Ciencias del mar y de la Tierra

Dos cosas llaman la atención cuando se presentan arribazones de langostilla como las ocurridas a mediados de mayo en la Bahía de Todos Santos: la abundancia explosiva de esta especie en un momento determinado, y el hecho mismo de que miles terminen varadas en la costa, como si un tapete surrealista cubriera de rojo algunas playas.

Lo primero, el intempestivo aumento de biomasa de este pequeño crustáceo (Pleuroncodes planipes), puede entenderse con el incremento en la temperatura superficial del mar debido al intenso fenómeno de “El Niño” que ha estado presente en esta región desde el año pasado.

Lo segundo, explicar por qué miles de langostillas terminaron muertas en la playa, es un poco más complejo.

La Dra. Bertha Lavaniegos Espejo, investigadora del Departamento de Oceanografía Biológica del CICESE, señaló que este tipo de arribazones no son eventos extraordinarios; históricamente han ocurrido con relativa frecuencia no sólo en aguas de Baja California, sino bastante más al norte, como en la Bahía de Monterey, cerca de San Francisco.

Y no solamente de langostilla. Varamientos de algunos otros invertebrados, como medusas y eufáusidos (también conocidos como krill) o incluso peces (por no mencionar mamíferos marinos), también se han reportado a lo largo de los años.

Pero centrémonos en la langostilla. La Dra. Lavaniegos explicó que el hábitat de este crustáceo es muy amplio en la costa occidental de Norteamérica. Su rango de distribución va casi desde San Francisco, California, hasta la región oceánica frente a las costas del Pacifico mexicano. Recientemente Jesús Pineda, investigador de Woods Hole, la ha reportado incluso frente a Panamá.

Sin embargo, la región donde su abundancia es mayor está en la costa occidental de la península de Baja California, entre los 20 y 30 grados de latitud norte; esto es, desde unos 300 kilómetros al sur de Los Cabos hasta cerca de El Rosario, en el norte. Muestreos obtenidos en el programa IMECOCAL muestran picos de abundancia en el Golfo de Ulloa, entre Bahía Asunción y San Carlos.

La temperatura del agua en esta zona es más cálida que las aguas templadas que tenemos frente a Ensenada o más al norte. “No es completamente extraño que pueda haber algunas langostillas hasta Monterey, al norte, pero serían en muy baja abundancia”, indicó.

Por ello, la presencia de especies tropicales o subtropicales en esta zona templada, como jurel, langostilla y otras, es un indicador de la presencia de “El Niño”. Este fenómeno provoca a su vez numerosas anomalías, siendo la principal el incremento en la temperatura superficial del mar. Si el agua es más caliente aquí, es más adecuada para el desarrollo de estas especies y favorece la expansión de su hábitat.

- Uno asocia regularmente un aumento en la temperatura del agua con una baja en nutrientes. ¿Cómo ocurre entonces este aumento en la población de langostilla en aguas calientes?

“No estamos hablando de productividad. En la lógica que mencionas la productividad disminuye y entonces las especies que habitualmente están ahí, que son especies templadas, no tienen el alimento suficiente y no sobreviven adecuadamente. Hay otras especies tropicales que sí están adaptadas a condiciones menos productivas, y con el menor alimento que hay pueden sobrevivir bien. Lo que pasa es que en las zonas tropicales hay menor productividad pero es más constante en todo el año. Hay mucha diversidad pero las poblaciones no son tan voluminosas; mientras que acá vemos especies templadas que a veces son abundantísimas. Tal es el caso de los grandes bancos de sardinas, que son especies subtropicales o templadas y que son las que sufren cuando se presenta ‘El Niño’, ya que no hay tanta productividad y no se pueden sostener. Son sustituidas por especies tropicales porque al dejar libre ese nicho, llegan éstas y prosperan. Es como un equilibrio; no hay que verlo como una situación de ‘todo o nada’. No. Unas salen ganadoras y otras resultan perdedoras. En este caso el ganador sería la langostilla”.

Si a estas condiciones se suman aspectos de la biología de P. planipes, como su época de reproducción, podríamos entender su abundancia en esta región. Sin embargo, queda otra interrogante: ¿por qué las arribazones?

Bertha Lavaniegos señaló que en 2015 hubo más reportes de varamientos de langostilla que en este año. En California, en Dana Point, cerca de San Diego, hubo un reporte en junio, igual que en Monterey Bay, donde incluso autoridades comentaron que no se presentaban desde 1983, año en el que también ocurrió un evento “El Niño” intenso. Antes, en mayo, se reportó en playas de Tijuana una arribazón. Les llamaron langostas porque pensaban que eran langostas bebés, pero realmente eran adultos de otra especie, la langostilla.

Este año en Ensenada se presentaron también en mayo, pero la investigadora descartó que pudiera tratarse de un fenómeno estacional, aunque sí dijo que cuando ocurre un evento “El Niño” podría esperarse un incremento de la especie a fines de primavera y verano. ¿Por qué? “Porque precisamente el fitoplancton en primavera es cuando empieza a florecer y, en cadena, aumenta todo lo demás (en el ciclo trófico). Cuando se presenta, ‘El Niño’ altera estos ciclos. Dependiendo de cada especie en particular (de su ciclo reproductivo, por ejemplo) pueden observarse incrementos fuertes en la población, pero las arribazones se pueden presentar en otras épocas del año”.

Las causas pueden variar, y de hecho varían de una especie a otra. Los varamientos de Velella velella, un condróforo parecido a las medusas, por ejemplo, pueden deberse al viento. Estos animales viven en la superficie del mar, en la llamada interfase agua-aire, y muchas veces las corrientes de aire pueden llevarlas a la orilla, porque tienen una especie de una veleta en la parte superior de su cuerpo y el viento las arrastra.

Hace unos años se presentaron mortandades de abulón y de peces cerca de Isla de Cedros. Los investigadores que reportaron esto sugirieron que la causa fue una baja concentración de oxígeno disuelto en el agua, debida a la ocurrencia de surgencias extremadamente intensas.

Las surgencias son un fenómeno oceanográfico muy común en toda esta zona. Consiste en un ascenso de agua de mar hacia lo largo de la costa que, al provenir de niveles profundos, es muy fría y rica en nutrientes, pero muy pobre en oxígeno. Coincidió con un evento “La Niña”, por lo que las surgencias eran más intensas que lo normal. Las mediciones de oxígeno que pudieron hacer sustentaron esta hipótesis, “pero no siempre que vemos una mortandad podemos aplicar eso de manera automática. Es necesario ir y tomar mediciones”, consideró la Dra. Lavaniegos.

La falta de oxígeno se ha manejado también como hipótesis en el caso de arribazones de langostilla, pero no debido a surgencias, sino al abatimiento provocado por la propia población. En esta lógica, el tamaño de la población es tan grande que agotan el oxígeno disponible, para luego colapsar.

Otra posible explicación es que corrientes costeras las acarrean. Cuando ocurre un evento “El Niño” no solamente aumenta la temperatura superficial del mar, sino también el nivel del mar. Un incremento leve en el nivel de mar puede generar flujos costeros, lo que explicaría el acarreo de estas especies tropicales hacia el norte y hacia las costas. “Claro que esto que te estoy diciendo es meramente especulativo mientras no vayamos ahí y comprobemos que hay esa corriente”, indicó Bertha Lavaniegos.

Reconoció también que no hay ningún estudio sistemático enfocado a entender los procesos marinos que derivan en este tipo de arribazones, ni del CICESE ni de otras instituciones en la región.

“Es más bien anecdótico. Cuando ocurre alguien va y cubre el evento. Los investigadores tienen reportes de eso, pero es necesario hacer una investigación y reunir esos datos. Recuerdo haber visto un trabajo de Daniel Lluch (investigador del CIBNOR, de La Paz, B.C.S.) que habla de los indicadores de ‘El Niño’ y menciona la ocurrencia de estas arribazones en varios de estos eventos”.

Anecdótico, sí, y mientras no se tengan mediciones sistemáticas que soporten una teoría que las explique, las causas de estas arribazones seguirán estando en el terreno de lo especulativo, dada la complejidad de los procesos oceanográficos asociados.

Palabras clave: langostilla, Bertha Lavaniegos, arribazones, Pleuroncodes planipes

anterior